Como la belleza de una Flor que en su forma, color y su “modo de estar” nos habla y transmite su pureza y simplicidad.
La transmisión de la energía de cada flor es un bálsamo de sanación, donde cuerpo – mente y alma vuelven a encontrar su equilibrio e integridad para devolverle a cada Ser la restauración perdida, motivo de angustia, miedos, ansiedades, perdida de interés por el presente, incertidumbre o sensación de soledad.
Volver al estado de alegría y plenitud del Ser , a vibrar en nuestra naturaleza, en armonía con nuestro propósito de vida, en la autonomía de elegir libremente como queremos vivir. Desatados de pensamientos negativos, temerosos y defensivos. Es volver a “afinarnos” con la coherencia y vibración de nuestro Ser Superior, donde el cuerpo es la manifestación de la armonía o desarmonía en nuestro sistema energético completo.
El legado del Dr. Bach es tan simple, potente e integro como la pureza de su sistema. Un sistema de 38 Flores donde cada una de ellas permitirá trabajar las emociones ligadas al desbalance que se manifiesta en nuestra personalidad y nuestro cuerpo: el aspecto más denso de nuestra manifestación.
Ambos hablan a través de síntomas y la restauración donde trabajan las Flores y sus posibles combinaciones serán en el origen de ese desequilibrio, en los planos mas sutiles, en la estructura del desequilibrio. De ese modo se van reorganizando vibracionalmente los cuerpos sutiles hacia la manifestación de un nuevo orden en nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestra personalidad.
Abriendo el camino a la salud, a la auto-sanación, donde los aspectos positivos se van dando paso y transmutando las energías densas y negativas producto de ese desencuentro de nuestra conciencia con el sentido de nuestro Ser, que esta ligado al pulsar de la fuerza vital que habita en el Todo y de la que somos parte activa, alejando la ilusión de separatividad y conflicto.
Las Flores son simples sanadoras que complementan cualquier otro tipo de tratamiento. Su foco es tratar lo que mora en la persona, no a una enfermedad especifica.
Cada ser tiene una perspectiva, un modo de estar en la vida, un humor, sobre esas bases las flores irán a desanudar el conflicto interno, nuestros miedos, ansiedades, preocupaciones, codicia y sensaciones de desajustes o fallas. Como capas de cebollas una vez tocada la estructura en la persona, la enfermedad no tiene razón de ser, se disuelve como la nieve al Sol. El camino de sanación es simple como todo en la naturaleza. Abrirnos al goce de la vida, al presente y a la gratitud, a liberar el paso a nuestra misión, a nuestra verdad. Recuerda que no vemos las cosas como son, las vemos como somos y como se encuentran nuestros niveles de energía. Cuando cambias tu conciencia, cambias tu realidad.
Copyright 2020 – Circular Psicología Integral